Una hermosa reseña de nuestro libro: “Dos Cabezas para meter un gol”, por Adolfo Córdova
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Introducción por LPN - 25 de abril de 2024
En el año 2021, en el blog personal de nuestro colega y amigo Adolfo Córdova, Linternas y Bosques, fue publicada bajo su autoría una muy destacada reseña del libro “Dos cabezas para meter un gol”, del escritor guatemalteco Julio Serrano Echeverría y la ilustradora Jazmín Villagrán Miguel.
Adolfo, nacido en Veracruz, México en 1983, es un periodista, escritor e investigador fundador del blog Linternas y bosques, un espacio que conjuga reflexión literaria con experiencias de mediación lectora. En 2016 fue galardonado con el Premio Nacional Bellas Artes de Cuento Infantil Juan de la Cabada por su libro El dragón blanco y otros personajes olvidados. Ha recibido diversas becas a nivel internacional para estudiar algunos de los temas que más le interesan: la literatura transmedia, la poesía y la historia de la cultura infantil.
Recientemente resultó ganador de la Convocatoria a la Estancia Literaria Octavio Paz de Ensayo para la Literatura Infantil y Juvenil 2024, promovida por la Cátedra Extraordinaria Octavio Paz.
Desde hace buen tiempo, el blog Linternas y bosques ha sido un valioso aliado de Libros para Niños en la difusión de nuestro quehacer y sobre todo en la constante publicación de reseñas de los libros publicados por nuestro fondo editorial. Por lo valioso de este artículo, queremos compartir esta nota con nuestros lectores, escrita por nuestro amigo Adolfo quien nos permitió reproducirla en nuestro sitio web.
A continuación el artículo completo:
Dos cabezas para meter un gol
Julio Serrano Echeverría y Jazmín Villagrán Miguel.
Libros para niños, 2021. Nicaragua.
Por Adolfo Córdova
Las abuelas mayas tienen manos como de corteza de árbol, como de cáscara de zapote, como de canela recién cortada, como de hoja de milpa ya lista para la tapisca.
Con esas manos, la nan Chave hace trenzas con el cabello de su nieta Luz.
Unos cerros de fondo, una milpa en primer plano y en medio una niña caminando erguida y con la frente al cielo: equilibrando un balón de fútbol en la cabeza.
Esta es la presentación de Luz dentro del libro. La portada podría haber sido justo el momento antes y ahora Luz vuelve a casa, con su abuela, su nan Chave.
Y eso es lo que vemos en la siguiente página. Luz como una extensión del cuerpo de su abuela, detrás de ella, leyendo en su espalda los hilos del huipil. «¿Qué es esto abuela?», «Un volcán mi´ja». La abuela en su telar de cintura, no necesita voltear, conoce de memoria sus brocados. Son parte de ella. Luz cuenta volcanes. Un detalle con el que el autor va construyendo un personaje creíble. A muchos niños y niñas les entretiene contar (también al niño de otro libro que reseño más abajo, 9 kilómetros). Luz cuenta 21. Luego cuenta estrellas, hormigas, palitos de milpa.
Si gira la cabeza, los volcanes se vuelven picos de pájaros que se van volando. ¿Y las estrellas? También son gotas de lluvia o frutas o corazones, ¡o pelotas de fútbol!
Se nombra el deseo: Luz ama el fútbol y cuando teja su primer huipil le pondrá el escudo del «Chajul FC», su equipo y el nombre de su pueblo. A su nan Chave le causa mucha gracia todo eso. Ella nunca ha visto un huipil con escudos ni pelotas y se pregunta por qué ella no jugaría fútbol de pequeña.
¿Sería porque el corte [falda] rojo de las mujeres ixiles resultaba incómodo para correr? Pues parece que no, porque mira a Luz correr y correr detrás de la pelota con su corte rojo.
La escucha gritar ¡gol! mientras oyen el partido por la radio y echan tortillas al comal.
El momento en que la abuela le hace sus trenzas es el momento de las preguntas. Un día, al ver el Cot bordado en su huipil, la nieta le pregunta si es verdad que ese personaje se llevaba a la gente. El Cot es un águila con dos patas, dos alas y dos cabezas. «¡Dos cabezas!. ¿Te lo imaginás jugando fut abuelita?, ¡doble cabezazo!».
Entonces la nan Chave le cuenta esa historia que a Luz le encanta oír. Y también le dice por qué lo bordó en su huipil. Después de oírla, Luz está segura: cuando tenga su equipo de fútbol bordará el Cot en las camisetas para que todas las mujeres le echen porras.
La nan Chave no paraba de reír. Y como ya no tenía cabales todos sus dientes, reía con esa risa de los bosques con claros, donde hay pocos árboles.
Atesoro este libro. Tan rico lingüística y gráficamente. La preciosa prosa poética y los diálogos tan vivos del escritor guatemalteco Julio Serrano Echeverría, versado en literatura oral y de quien conocía el poema ilustrado Balam, Lluvia y la Casa (Amanuense, Uruguay, 2018), aprietan bien el trenzado de vida y mito. Jazmín Villagrán Miguel, otra artista guatemalteca, a quien conocía por su ilustración del poema de Darío, Sonatina (que incluí en mi listado de 2016), prueba aquí una mayor plasticidad y consigue retratar con realismo: la riqueza de la comunidad maya (se nota el trabajo de investigación), un amplio rango de emociones y los huipiles (el nivel de detalle en el dibujo del huipil a dos páginas es virtuoso).
Todavía resulta poco frecuente encontrar libros de literatura infantil con niños y niñas de culturas originarias mesoamericanas. Sé que hay manuscritos pero cuesta colocarlos en editoriales. Este libro aporta una representación de la infancia muy poco incluida en listas, corpus y catálogos de literatura infantil y juvenil. Admirable el esfuerzo del Fondo Editorial Libros para Niños que, desde una Nicaragua tan golpeada, sigue apostando por la creación, circulación y mediación de LIJ hecha cuidadosamente.
Dos cabezas para meter un gol recupera la noción de genealogía como se entiende desde los feminismos. Las relaciones afectivas entre la familia no están determinadas solamente por un linaje sanguíneo (algo que acentúan muchas narrativas infantiles) sino por símbolos y tradiciones que exceden los núcleos familiares pequeños y entretejen a comunidades de mujeres. Ejemplo de ello: la creación de huipiles con cosmogonías ancestrales que dialogan de generación en generación.
Vincular lectura y arte textil es otro acierto, bastante inédito en álbumes ilustrados. Hoy sabemos que los incas usaban ideogramas textiles para registrar sus historias, que las figuras en muchos huipiles mayas no son «decoraciones» ni están colocadas ahí aleatoriamente, que las formas que han tenido las mujeres de comunicarse -abierta o secretamente- a través de los símbolos incluían bordados y brocados…
Tanto que decir de este libro. Pero al final, sobre todo, la emotividad del vínculo. La relación entre abuela y nieta parece la de dos cabezas y un corazón. Y en cabezas y corazones se quedará este libro.
*Tomado íntegramente, bajo autorización del autor, del blog Linternas y bosques,
del artículo: Palabras conocidas. Otras nunca oídas.
Selección de libros ilustrados 2021.
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