La lectura debe hacerse con amor: “es como una gota de agua sobre una piedra, siempre que sea constante se logra.” Testimonio de Vero Felicia Ochoa, promotora de lectura de Libros para Niños.
- Escrito por LPN redacción
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Vero Felicia, hija número nueve de once hermanos, era una niña que amaba los atardeceres, que le gustaba pescar, que amaba la poesía, y disponía de una inmensa curiosidad que la llevaría a descubrir muchas cosas. Sus padres, quienes a pesar de la mala situación económica en que vivían, siempre la sacarían adelante junto con sus diez hermanos. Como suele suceder en familias de escasos recursos y de numerosos vástagos, Vero Felicia fue heredera de los juguetes y las ropas que ya no usaban sus hermanas mayores, y no obstante, a pesar de todas esas típicas vicisitudes, hubo algo de lo que nunca tuvo que ser víctima, y es que vivió en un hogar sin violencia.
De niña no contaba con ningún tipo de literatura. Los únicos recuerdos vagos que aún conserva son los de un libro de medicina de su papá y un libro de sexualidad que sus hermanos escondían. Un día, su hermano mayor llevó un libro a casa, en ese entonces Vero aún no sabía leer. Se trataba de un libro lleno de imágenes que le llamaban tanto la atención y la curiosidad, que llegó a tener lástima y compasión de una escena en particular que vio entre sus páginas, donde el dueño de un gato se había ahogado. Se trataba del marqués de Carabás, personaje del cuento “El Gato con botas”. A Vero le dolía tanto el hecho, y no entendía en realidad qué había sucedido, que le decía a su hermano que se lo leyera, pero éste nunca lo hizo, pues según ella, sospechaba que su hermano tampoco sabía leer.
Cuando al fin aprendió a leer a los nueve años, el primer libro que Vero Felicia pudo hojear fue un nuevo testamento que le habían regalado. Ese libro se había vuelto como su refugio. Ella recuerda que muchos de los pasajes bíblicos los había marcado, y entonces, cuando alguien llegaba a leer su nuevo testamento lo encontraban lleno de marcas sobre los textos que le parecían interesantes.
Vero Felicia se hizo adulta conociendo únicamente la Biblia, pero en el año 2014, un 20 de agosto, recuerda claramente la invitación que le hicieron para hacer una práctica sobre promoción de lectura con Libros para Niños. En ese lugar descubrió tanta literatura bella que se enamoró de los libros y la lectura y desde ese entonces aún sigue promoviendo la lectura. La emoción que sintió fue la de una niña. Vero Felicia confiesa que su crecimiento como promotora de lectura de niños y niñas durante estos años ha sido paulatino, que ha aprendido mucho, y sobre todo ha llegado a amar tanto los libros como a los niños. Por eso ella dice siempre “¡Que vivan los libros, que vivan los niños!”
Una lectora activa
La experiencia de Vero Felicia como promotora de lectura de Libros para Niños la convirtió en una lectora activa. El Rincón de Cuentos ha sido su lugar favorito durante estos años, puesto que allí ha tenido contacto con todos los libros que ha necesitado leer. En ese lugar ha encontrado literatura de todos los géneros: novelas, libros ilustrados, cuentos, poesía y más.
Sus autoras preferidas son Débora Hellis ,con La saga de Parvana y Gioconda Belli con La mujer Habitada, El pergamino de la seducción, entre otros. También ha leído la colección de Mónica Zac, Dog Boy, que le encanta. Las lecturas más profundas las hizo en la universidad, con las obras asignadas como Doña Perfecta, Hamlet , Romeo y Julieta, La asamblea de las mujeres y otras obras de varios autores.
Vero Felicia ha pasado leyendo hasta 6 horas o más, “es lo más fascinante cuando se hace por placer.” dice, y reafirma que “cada libro te marca de alguna manera, cada libro esconde un misterio o muchos. Lo especial es saber descubrirlos.” El impacto de los libros en su vida ha sido evidente: “soy más reflexiva, responsable, autocrítica , y en la toma de decisiones ha sido un pilar fundamental.”
A criterio de Vero, un promotor siempre debe estar comprometido con la niñez, llevando siempre la lectura como el pan de cada día. Cuando ella empezó a ser promotora de lectura, no tenía la secundaria completa, pero aun así continuó estudiando. Logró sacar el bachillerato con grandes esfuerzos. Seguidamente no se detuvo y siguió soñando con sacar una licenciatura. Así fue que en el año 2018 empezó la licenciatura en lengua y literatura hispánicas y en el año 2022 coronó la meta propuesta. Ya en el 2023 encontró un empleo fijo como educadora, sin embargo, no dejó de ser promotora de lectura atendiendo a los niños de su escuela en el Rincón de Cuentos o Rincón de Lectura.
Desde su experiencia, Vero Felicia considera que para fomentar el amor y el interés por la lectura en niños, niñas y adolescentes, se deben implementar diversas métodos como lecturas en voz alta, utilizando la estrategia kamishibai, o los préstamos de libros para que los pequeños puedan llevarlos a sus casas, de modo que sus padres les sigan incentivando en la lectura. También considera que una atención permanente es clave en mantener el interés de los niños y niñas en la lectura. Por ejemplo, en su puesto de lectura se atiende tres días por semana y es de fácil acceso debido a que está ubicado dentro de una escuela pública. Entre otras actividades se han desarrollado lecturas en voz alta aula por aula, tardes de lecturas ,mañanas de lecturas ,festivales y encuentros con lectores del club.
El poder transformador de la lectura
La protagonista de este testimonio considera que uno de los cambios que se reflejan en los niños al asistir al Rincón de Cuentos es la alegría que les genera. “Aprenden de las imágenes y las lecturas. Aprenden el respeto y el cuidado de los libros”, asegura Vero Felicia. Para ella, las lecturas han sido un espacio donde se comparte la experiencia, las dudas. Donde se preguntan nuevas ideas, se comparten las ideas, donde se reflexiona y se contextualiza con la realidad humana.
Así mismo reflexiona que “una de las situaciones más difíciles de nuestro país ha sido la cultura, debido a que en Nicaragua no tenemos la cultura de leer por placer, de fomentar la lectura en nuestros hogares.” Sin embargo, Vero Felicia recalca que la lectura es una responsabilidad de los padres, de los maestros y maestras, así como de los promotores de lectura, pero señala que “no hay que pasar por alto que la mayoría de padres y madres no saben leer, ni escribir. Y además, no tienen el interés”, creando una afectación importante en la formación de niños y niñas de zonas rurales como a las que Vero pertenece.
“Los padres y madres no se están involucrando como deberían, la responsabilidad está recayendo en los promotores. Puedo decir con certeza ,que ha sido todo un esfuerzo y que poco a poco se está haciendo conciencia en las reuniones de padres de familia, de la importancia de la lectura y cómo repercute en los niños.”
Durante estos 10 años de trayectoria como promotora de lectura Vero Felicia ha aprendido que la lectura no se le debe negar a nadie, pero “tampoco se le debe obligar a nadie a ser feliz.” expresa Vero como una reflexión sobre la libertad individual de leer. “Si la lectura me causa placer, felicidad, voy a hacer felices a los pequeños.”
Para Vero Felicia la lectura debe hacerse con amor, “es como una gota de agua sobre una piedra, siempre que sea constante se logra.” De sí misma ha aprendido a ser perseverante, que las metas se logran, siempre y cuando la persona se esfuerce y tenga paciencia.
Lo más gratificante en su vida como promotora ha sido “haber estado con los chicos en el momento preciso cuando ellos lo necesitaban, además, esa experiencia maravillosa de su niñez siempre la ha llevado a recordar la manera en que deseó ser. Vero está convencida de que vale la pena el compromiso con esta gran labor que Libros para Niños ha inculcado a sus promotores y promotoras, porque “bien se sabe que algo bueno se está haciendo por los niños niñas y adolescentes nicaragüenses.”
Para finalizar, Vero Felicia agradeció que se le haya hecho esta entrevista, “quiero agradecer de todo corazón a Libros para Niños, por haber inculcado en mí ese amor por los libros y la lectura. Hoy lo estoy haciendo con otro grupo que en el futuro estará promoviendo lectura a otro grupo y así sucesivamente, aportando un granito de arena.”
*Testimonio de Vero Felicia Ochoa García, de 31 años. Habitante de la comunidad Colonia Agrícola número 1, Rancho Grande, Matagalpa, Nicaragua. Es graduada de la licenciatura en Lengua y Literatura Hispánicas, en el año 2022. Actualmente es docente en la escuela donde es promotora de lectura de Libros para Niños.
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