Una conversación con Carlos Rubio: el reto de escribir literatura infantil entre el cambio digital y el difícil contexto centroamericano.
- Escrito por Super User
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Tercera entrega
El desafío de la literatura en Centroamérica: la necesidad de una mayor conexión entre autores centroamericanos.
En esta tercera entrega, Carlos Rubio aborda el desafío que enfrenta la literatura en Centroamérica, destacando la falta de conexión entre los autores de la región como un obstáculo clave. Reflexiona sobre cómo la situación política y social, marcada por la censura y la represión, limita la creación y circulación de obras.
Para Rubio, es fundamental que los escritores centroamericanos se comuniquen más entre sí, superando las barreras nacionales y políticas, para fortalecer la literatura y preservar la libertad de expresión.
La literatura es un arte que fomenta la reflexión y la comprensión de la realidad.
Aunque para Carlos Rubio el propósito esencial de la literatura es generar un hecho estético, abierto a múltiples interpretaciones, esto no significa que deba estar desconectada de la realidad ni ajena a los acontecimientos sociales. Un ejemplo claro es El cuento de Ferdinando, de Munro Leaf, que fue “odiado por Hitler”, nos cuenta Rubio. El dictador ordenó quemar los ejemplares de esta “maravillosa obra en la que presenta a un toro, que en vez de dedicarse a enfrentar toreros en el redondel, ama las flores”. Algo similar ocurrió en Argentina a finales de los años setenta, cuando la Junta Militar de Facto “prohibió obras como Un elefante ocupa mucho espacio de Elsa Bornemann, por el aparente hecho de ideologizar a la infancia y prepararla para hechos subversivos”. También La torre de cubos, de Laura Devetach, fue censurada por considerarse “demasiado imaginativa”.
Rubio tomó conciencia de esta realidad en 1987, cuando asistió a una conferencia de Elsa Bornemann en la Biblioteca Nacional de Costa Rica. Fue entonces cuando comprendió que “la literatura, históricamente, desde tiempos remotos hasta la actualidad, ha servido a las personas para observar un panorama de su entorno, y proponer formas de mejorar la convivencia”. De hecho, en los “antiquísimos cuentos populares se expresa el deseo de justicia”. Por ello, en relatos como La Cenicienta, la protagonista “nunca hubiera salido de la situación de violencia y abuso a la que fue sometida por su madrastra y hermanastras” sin la intervención de elementos mágicos. Del mismo modo, en Aladino, este “hubiera perdido, para siempre, su familia, su palacio y su lámpara maravillosa”.
Las mazorcas prodigiosas de Candelaria Soledad: una reflexión sobre la migración y las divisiones sociales.
Rubio no ha estado exento de plasmar en su obra sus inquietudes sobre la realidad social. Un claro ejemplo es su libro Las mazorcas prodigiosas de Candelaria Soledad, editado por nuestro fondo editorial, donde el autor destaca que “al igual que ocurre en esos viejos cuentos populares, no se desarrolla en un sitio concreto del planeta. La muchacha viaja de un reino a otro en busca de dignas condiciones de trabajo y vida. Tampoco menciona una época específica, pues la torre y el restaurante de la Patrona Coronada, así como los soldados que trazan una línea divisoria de tiza entre los dos reinos, pudieron existir en la antigüedad como también vivirían hoy”.
Como explica Rubio, estas características son propias de los cuentos populares: “siempre ocurren en un tiempo pasado e indefinido y se desarrollan en un lugar lejano, que puede ser cualquier lugar del mundo. Por medio de esas condiciones se trata de dar universalidad al texto, de tal manera que pueda ser leído hoy o en un futuro en el que ya no existamos físicamente”. Destaca también que la ilustradora Sandra Lavandeira logró captar magistralmente esta atmósfera, creando personajes y paisajes que podrían ubicarse en múltiples rincones del mundo.
Sin embargo, Rubio lamenta que, aunque la historia se desarrolle en un contexto atemporal, las líneas divisorias que separan a las personas siguen existiendo. Como ejemplo, menciona cómo el expresidente Donald Trump insistió en terminar de levantar un muro “para defender ese imaginario que llama ‘América’, y tras el cual millones de migrantes, alrededor del mundo, continúan su marcha hacia esas ‘tierras de libertad y promesa’”.
El difícil contexto centroamericano: un reto para el desarrollo de la creación artística.
Carlos Rubio enfrenta con escepticismo la difícil situación que atraviesa Centroamérica en cuanto a la creación artística. Aunque desearía ser optimista, considera que las condiciones actuales dificultan el desarrollo cultural y la libertad creativa en la región. “En el contexto centroamericano, es casi imposible fomentar la creación artística y facilitar los procesos culturales con libertad”, afirma. Rubio destaca la grave situación de países como Nicaragua, donde se vive “una de las dictaduras más crueles e inhumanas de la historia reciente”, y observa con preocupación que en lugares como El Salvador y Costa Rica, “gobernantes populistas de extrema derecha buscan aferrarse al poder, eliminando instituciones que podrían ejercer controles y contrapesos como el poder judicial y legislativo”.
Según el autor, esto pone en peligro la libertad de expresión, que no debe entenderse sólo en términos de periodismo. “Los escritores también podemos ser silenciados, especialmente si no somos condescendientes con los gobernantes”, subraya. No obstante, Rubio enfatiza la importancia de la colaboración entre colegas, “los autores centroamericanos de literatura infantil deberíamos comunicarnos más entre nosotros”, señalando que “en Costa Rica desconocemos lo que se publica en Guatemala, Honduras o Panamá”. Asimismo, lamenta que “nuestra literatura (Costa Rica) no trasciende fronteras”, ya que las editoriales suelen limitar sus publicaciones al ámbito local.
En este contexto, Rubio destaca el papel de iniciativas como la editorial Libros para Niños, que no solo promueve la literatura nicaragüense, sino que también ha dado visibilidad a creadores centroamericanos. “Es un esfuerzo innovador, colocando en un mismo libro a un escritor nicaragüense como Ernesto Cardenal y a una ilustradora costarricense como Vicky Ramos”, señala. A pesar del panorama poco alentador, Rubio concluye con una reflexión positiva: “Aunque nuestros gobernantes no den prioridad a la cultura y la educación, el escritor siempre debe seguir creando. Un niño o una niña con un libro abierto entre las manos es un símbolo de esperanza para la humanidad”.
Explorando nuevos horizontes: futuros proyectos literarios de Carlos Rubio.
Durante nuestra entrevista, le preguntamos a Carlos Rubio sobre los temas que aún desea explorar en su carrera literaria. El autor reveló su intención de escribir un libro de cuentos sobre fantasmas para niños, pues, como él mismo expresó, “a los niños les encantan los fenómenos sobrenaturales y los seres aparecidos. Tal vez esto refleje el interés humano sobre lo que podría ocurrir después de la muerte”. Rubio subraya que este proyecto es todo un desafío, ya que “se puede pasar fácilmente del miedo a la risa”, y su objetivo es crear una obra que no sólo explore la existencia de los miedos, sino que también permita a los lectores liberarse de ellos.
Además, Rubio tiene en mente escribir sobre enfermedades crónicas y terminales, un tema que considera esencial para promover la fraternidad y la solidaridad, sin caer en la lástima hacia los afectados. También como investigador, planea realizar una recopilación de ensayos sobre literatura infantil publicados en Repertorio Americano, revista dirigida por Joaquín García Monge entre 1919 y 1958. Por último, considera urgente dar a conocer un Diccionario de la Literatura Infantil Costarricense, que registre a los autores del país y sirva como base para un estudio serio y exhaustivo de su historia.
“Ahora que estoy jubilado, tengo trabajo para rato”, concluye, demostrando que su pasión por la literatura sigue más viva que nunca.
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