La Primera Chispa de Aleyda
Por: Javier Hernández y Noelia Gutiérrez
Aleyda Ortiz mantenía al lado de los jabones y los enlatados, un estante donde guardaba los libros de ¡Libros para Niños! Su casa, ubicada en el barrio Cruz de Mayo en la Concepción Masaya, funcionaba como pulpería, pero por las tardes se transformaba en un Puesto de Lectura, al cual los niños y niñas podían asistir a leer los cuentos que quisieran.
La estrategia, que posteriormente se implementó en Estelí y luego se consolidó a nivel nacional, tomó ese nombre porque “así como las comunidades necesitan puestos de agua y puestos de salud, también necesitan Puestos de Lectura”. El de Aleyda fue el primero en funcionar y contaba con setenta libros.
Su día empezaba desde muy temprano, por las mañanas estudiaba Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y al salir de clases corría a su casa para poder atender el Puesto De Lectura por las tardes.
“Con algunas de mis amigas, hacíamos lecturas en lugares turísticos, nos íbamos de picnic, llevábamos comida y hacíamos lecturas y los chavalos se divertían. Teníamos una vida bastante activa”, cuenta Ortiz.
Actualmente el puesto ya no esta activo; debido a que el tiempo no le es suficiente. Se convirtió en parte del equipo técnico de ¡Libros para Niños! implementando proyectos piloto y promoviendo la lectura en los departamentos de Managua y Carazo.
El poco tiempo que le sobra, lo invierte en su “experimento” personal; leerle a su hija de cuatro años Dominique “Yo le leí a mi hija durante el embarazo y eso hizo que ahora ella tenga un gusto lector”. A la vez, afirma que en los libros encontró una herramienta para poder comunicarse con su hija, a quien todas las noches le lee no uno ni dos cuentos, sino cinco diferentes cuentos.
Aleyda considera que “entre más temprano se ponga en contacto a los niños con un libro, mejor, porque gracias a eso mi hija tiene un vocabulario amplio y contextualiza situaciones de los libros con la vida real”.
También cree que las personas son libres para educarse, por lo que confía en Libros para Niños como proyecto social, ya que “tenemos una filosofía diferente al resto de organizaciones que intentan trabajar con lectura”, refiriéndose a la promoción de la lectura por placer y no por ataduras académicas.
Sobre todo, piensa que el trabajo con los niños es sumamente emocional. “Aparte de poner libros y que aprendan, lo cual es a largo plazo, el trabajo es emocional porque les das confianza a los niños y niñas, los tratas bien, los escuchas”.
Cuando se le pregunta por su libro favorito, suele contestar que es difícil decidir porque “contamos con un inventario de libros de alta cantidad literaria”.
Dentro de sus títulos preferidos están Elizabeth, la princesa vestida con una bolsa de papel, Amelia quiere un perro, Una caperucita roja, El pequeño libro rojo, El pez arcoíris, un güegüe me contó.
Actualmente ¡Libros para Niños! cuenta con 6 Puestos de Lectura en Nueva Segovia, Carazo y Matagalpa que tienen un inventario de mil 281 libros.