La lectura desarrolla la capacidad imaginativa en niñas y niños. Los conecta con sus emociones, pero además les permite reconocer que existen otras experiencias o situaciones más allá de su entorno, lo cual es valioso, puesto que los va vinculando con el mundo real. Con la lectura, los pequeños van desarrollando su capacidad de análisis y reflexión, dotándolos de un pensamiento resolutivo y empático respecto a los problemas cotidianos que enfrentará el resto de su vida. A la vez que desarrollan el lenguaje y aumentan su vocabulario.
Los libros ofrecen también una oportunidad para reforzar los vínculos con tu hijo o hija y disfrutar de la compañía mutua. Es por ello que es recomendable que padres y madres destinen un tiempo para leerle a sus hijos e hijas. Con 10 o 20 minutos de lectura al día será suficiente para mantener el interés de éstos y desarrollar paulatinamente el gusto por escuchar leer y eventualmente el amor por la lectura una vez que aprendan a hacerlo.
Según la guía metodológica para la promoción de la lectura de Libros para Niños ¡Dame de Leer!, y como habíamos mencionado en nuestro artículo anterior, lo primero que deben hacer los padres y madres de familia es escoger buenos libros en cuanto a su calidad en contenido e ilustraciones. En el siguiente enlace pueden leer con más detalle estas recomendaciones.
Pero también, es necesario como un segundo aspecto, tomar en cuenta la lectura en voz alta como un forma de estimular en los chiquilines la curiosidad por los libros y sus historias. Para ello, el adulto que esté en contacto con el niño y la niña, debe leerles con afecto, dándoles una buena acogida que genere un ambiente de confianza y retroalimentación de parte de los pequeños respecto a los que se les está leyendo.
Cuando le leas un cuento a tu hijo e hija, describe los personajes y los objetos que aparecen en el libro o imita los sonidos de los animales. Utiliza una voz más grave o más aguda y cambia la entonación o el acento según los personajes. Esto llamará la atención y animará la historia.
Si los niños y niñas ya saben leer, hacerlo por turnos, pidiéndole que señale las letras y palabras que reconoce si recién empieza su proceso de aprendizaje. Si va más adelantado, pídele que él o ella lea una frase y tú le lees otra; luego, a medida que aumenta su capacidad, pueden turnarse leyendo una página entera y, finalmente, un capítulo entero y hazle preguntas sobre la historia que están leyendo. Esta práctica ayudará a tu hijo a expresarse con más fluidez y a consolidar su aprendizaje.
Y como tercer aspecto, hay que dar libertad y tiempo para que los niños y las niñas puedan leer por su cuenta lo que quieran, cuantas veces quieran y como quieran. Esta cercanía directa con los libros les irá incentivando el amor por éstos. Podrán ir reconociendo cada parte del libro y motivará la curiosidad de los pequeños que se traducen en preguntas que nos harán respecto a los libros, sus formas, colores, ilustraciones y sobre los aspectos de las historias que están leyendo.
A parte de estas recomendaciones plasmadas en nuestra guía, podríamos indicar que el establecimiento de un ritual es una forma efectiva para que nuestros hijos e hijas disfruten de la lectura, definiendo, por ejemplo, un horario fijo para leer. Por lo general se recomienda que sea por la noche, antes de dormir. También es motivante que éstos puedan escoger el cuento que desean que les sea leído.
Otra de las claves para que tu hijo disfrute de la lectura es que haya libros en su entorno. Si es posible, intenta crear una biblioteca en casa. No es necesario esforzarse mucho para hacerlo: unos cuantos libros son más que suficientes y tú mismo puedes hacer un mueble artesanal para ir colocando los libros. Incluso puedes involucrar a tus hijos e hijas en la construcción del mismo.
Recuerda que es importante que los niños y niñas vean la lectura como una actividad divertida y agradable, no como una tarea ardua. Por eso, cuando estén juntos, eviten mirar el teléfono o la televisión: ¡nada debe distraer su atención!
